Si bien en los últimos días el tema de la implementación de una nueva ley de radiodifusión desapareció de la agenda es una intención que puja para ser tratada de manera necesariamente urgente.
En la noche del 5 de Mayo de 2008 la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner vociferó que los argentinos tendremos una nueva ley de radiodifusión que se llamara “Ley de Servicios de Comunicación”; que llegara para reemplazar a la ley Nº 22.285 desarrollada en pleno auge del gobierno antidemocrático que nos toco atravesar a los argentinos.
Con 21 puntos claramente planteados y a la espera de ser impuestos llega parar cambiar las bases de los medios, donde las pequeñas comunidades no son ajenas. Como bien es el caso de la ciudad de Carcarañá.
Tomando en cuenta que hoy la concentración de medios de comunicación es la base del poder y que con la ausencia de una ley coherente estos se olvidaron de su función primordial, que es ni más ni menos; que mediar entre las distintas posturas y realidades, para convertirse en grandes empresas a las que solo les importa facturar. Creemos que es necesario que una nueva ley se imponga que respete las pluralidades y se logre una visión más federalista.
De aplicarse esta “Ley de Servicios de Comunicación”, comunidades chicas como Carcarañá se verían altamente beneficiadas ya que gozarían de un servicio de información más democrático, completo y representativo.
Cuando hablamos de derechos/obligaciones que deben ser respetados a través de la creación de nuevos códigos se habla de la solución a un problema actual mas que recurrente. Es sumamente difícil en estos días sobrevivir y transmitir información intensiva y justa si se pertenece a un medio de comunicación (grafica, radio, televisión) de pequeñas dimensiones y en una comunidad chica del interior del país. Considerando que la posibilidad de invertir en grandes tecnologías de avanzada y el planteamiento de la agenda es un beneficio que solamente esta al alcance de la mano de las grandes corporaciones de medios.
Un buen ejemplo de ello es la decisión ejecutiva que tomo el grupo TELEFE de hacer efectivo el despido de aproximadamente 500 personas en los meses siguientes según lo confirmo Alejandro Tolosa, gerente de Noticias de Telefé Interior en una charla que llevo a cabo el viernes 17 de octubre de 2008 para el alumnado de primer año del Postitulo en Periodismo de la UNR. Los motivos según sus palabras es la imposibilidad económica de sostener la estructura actual y la competencia con medios de capital ya que no se manejan los mismos valores económicos ni son igualitarias las posibilidades.
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) como primer punto de los valores esenciales plantea “Los periodistas que integran FOPEA se comprometen a buscar la verdad, a resguardar su independencia y a dar un tratamiento honesto a la información”.
Si bien este principio es totalmente justo se sabe que desde un medio de comunicación chico, que se nutre básicamente de los medios monopólicos se torna difícil cuando no imposible hacer valer este derecho/obligación.
Los argentinos desde 1983, habitamos un país democrático porque así lo dispuso la mayoría.
Grandes cambios surgieron en nuestra sociedad y generalmente se esta de acuerdo cuando se dice que la propiedad de un medio otorga poder. Ahora curiosamente los medios tienen sus bases regulatorias asentadas en una ley que fue creada en un régimen dictatorial donde la manipulación de la información era primordial para llevar su plan adelante, y una buena forma de lograr esta deseada manipulación era concentrando medios.
El licenciado Gustavo Gordillo, destacado director documentalista premiado por sus realizaciones históricas “Padre Mujica” y Operación Walsh”; en el marco de una serie de charlas programadas por la Nación denominadas “Café Cultura Nación” sostiene “Ha habido modificaciones legislativas sobre casi todas las conductas humanas, sobre todas las relaciones de seres humanos; reformas, nuevas leyes, etc., salvo sobre los medios de comunicación. De verdad, para pensar; en el periodo de los últimos 30 años… ¿no tenemos nada para reprocharle a los medios de comunicación de nuestro país?”.
Mas allá del reproche hay una conducta que debe modificarse porque teniendo una gran red de medios se puede manejar fácilmente la corriente del pensamiento, cayendo ingenuamente, refiriéndonos ahora a comunidades chicas como la citada, en una nueva dictadura, en este caso casi imperceptible para la mayoría.
Continuando con su disertación el Lic. Gordillo dice “Si nadie habla del tema, nadie discute del tema, si nadie muestra de que se trata, de cuales son los peligros de no discutir estos temas, va a ser muy difícil que esto se logre (por la ley) y si no se logra vamos a continuar retrocediendo en la democratización de nuestro país”.
Tenemos que ser concientes que los monopolios pueden difamar a los particulares en beneficio propio.
Si esta nueva ley influye en algo en comunidades pequeñas es en el protagonismo que tomara la sociedad.
Se debería pujar por un nuevo planteamiento de regulaciones desde la sociedad, desde el individuo; tomando en cuenta que a las corporaciones informativas solo les interesa un porcentaje de personas que puedan adquirir los productos que allí se publicitan, dejando a fuera a la gran mayoría de nuestra población, que se encuentra con un alto índice de pobreza y exclusión. Y tomando conciencia de que a diario estamos frente a esta situación siendo cómplices de un gran acto de desigualdad.
“Para que se pueda promulgar la nueva ley de servicios de Comunicación Audiovisual hacen falta tres cosas: la decisión y la vocación política, que está, una conciencia colectiva sobre la gravitación que tiene el tema, y el accionar político de apoyo de las fuerzas populares organizadas” afirma Fernández Novoa, en una charla organizada para la presentación del libro “Micrófonos para el Pueblo” afines del mes de Mayo.
Un fuerte pívot en esta intención es claramente la conciencia y participación social.
Hemos crecido democráticamente y estamos en tiempo de demostrarlo, para ello necesitamos un servicio de información federalista con una nueva línea de códigos que respete las realidades de todos con una alta participación y comprometida por parte de las comunidades que hasta el momento están siendo excluidas, comunidades como Carcarañá y tantas otras que necesitan hacerse escuchar y que con esta ley sería las principales beneficiadas.
En la noche del 5 de Mayo de 2008 la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner vociferó que los argentinos tendremos una nueva ley de radiodifusión que se llamara “Ley de Servicios de Comunicación”; que llegara para reemplazar a la ley Nº 22.285 desarrollada en pleno auge del gobierno antidemocrático que nos toco atravesar a los argentinos.
Con 21 puntos claramente planteados y a la espera de ser impuestos llega parar cambiar las bases de los medios, donde las pequeñas comunidades no son ajenas. Como bien es el caso de la ciudad de Carcarañá.
Tomando en cuenta que hoy la concentración de medios de comunicación es la base del poder y que con la ausencia de una ley coherente estos se olvidaron de su función primordial, que es ni más ni menos; que mediar entre las distintas posturas y realidades, para convertirse en grandes empresas a las que solo les importa facturar. Creemos que es necesario que una nueva ley se imponga que respete las pluralidades y se logre una visión más federalista.
De aplicarse esta “Ley de Servicios de Comunicación”, comunidades chicas como Carcarañá se verían altamente beneficiadas ya que gozarían de un servicio de información más democrático, completo y representativo.
Cuando hablamos de derechos/obligaciones que deben ser respetados a través de la creación de nuevos códigos se habla de la solución a un problema actual mas que recurrente. Es sumamente difícil en estos días sobrevivir y transmitir información intensiva y justa si se pertenece a un medio de comunicación (grafica, radio, televisión) de pequeñas dimensiones y en una comunidad chica del interior del país. Considerando que la posibilidad de invertir en grandes tecnologías de avanzada y el planteamiento de la agenda es un beneficio que solamente esta al alcance de la mano de las grandes corporaciones de medios.
Un buen ejemplo de ello es la decisión ejecutiva que tomo el grupo TELEFE de hacer efectivo el despido de aproximadamente 500 personas en los meses siguientes según lo confirmo Alejandro Tolosa, gerente de Noticias de Telefé Interior en una charla que llevo a cabo el viernes 17 de octubre de 2008 para el alumnado de primer año del Postitulo en Periodismo de la UNR. Los motivos según sus palabras es la imposibilidad económica de sostener la estructura actual y la competencia con medios de capital ya que no se manejan los mismos valores económicos ni son igualitarias las posibilidades.
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) como primer punto de los valores esenciales plantea “Los periodistas que integran FOPEA se comprometen a buscar la verdad, a resguardar su independencia y a dar un tratamiento honesto a la información”.
Si bien este principio es totalmente justo se sabe que desde un medio de comunicación chico, que se nutre básicamente de los medios monopólicos se torna difícil cuando no imposible hacer valer este derecho/obligación.
Los argentinos desde 1983, habitamos un país democrático porque así lo dispuso la mayoría.
Grandes cambios surgieron en nuestra sociedad y generalmente se esta de acuerdo cuando se dice que la propiedad de un medio otorga poder. Ahora curiosamente los medios tienen sus bases regulatorias asentadas en una ley que fue creada en un régimen dictatorial donde la manipulación de la información era primordial para llevar su plan adelante, y una buena forma de lograr esta deseada manipulación era concentrando medios.
El licenciado Gustavo Gordillo, destacado director documentalista premiado por sus realizaciones históricas “Padre Mujica” y Operación Walsh”; en el marco de una serie de charlas programadas por la Nación denominadas “Café Cultura Nación” sostiene “Ha habido modificaciones legislativas sobre casi todas las conductas humanas, sobre todas las relaciones de seres humanos; reformas, nuevas leyes, etc., salvo sobre los medios de comunicación. De verdad, para pensar; en el periodo de los últimos 30 años… ¿no tenemos nada para reprocharle a los medios de comunicación de nuestro país?”.
Mas allá del reproche hay una conducta que debe modificarse porque teniendo una gran red de medios se puede manejar fácilmente la corriente del pensamiento, cayendo ingenuamente, refiriéndonos ahora a comunidades chicas como la citada, en una nueva dictadura, en este caso casi imperceptible para la mayoría.
Continuando con su disertación el Lic. Gordillo dice “Si nadie habla del tema, nadie discute del tema, si nadie muestra de que se trata, de cuales son los peligros de no discutir estos temas, va a ser muy difícil que esto se logre (por la ley) y si no se logra vamos a continuar retrocediendo en la democratización de nuestro país”.
Tenemos que ser concientes que los monopolios pueden difamar a los particulares en beneficio propio.
Si esta nueva ley influye en algo en comunidades pequeñas es en el protagonismo que tomara la sociedad.
Se debería pujar por un nuevo planteamiento de regulaciones desde la sociedad, desde el individuo; tomando en cuenta que a las corporaciones informativas solo les interesa un porcentaje de personas que puedan adquirir los productos que allí se publicitan, dejando a fuera a la gran mayoría de nuestra población, que se encuentra con un alto índice de pobreza y exclusión. Y tomando conciencia de que a diario estamos frente a esta situación siendo cómplices de un gran acto de desigualdad.
“Para que se pueda promulgar la nueva ley de servicios de Comunicación Audiovisual hacen falta tres cosas: la decisión y la vocación política, que está, una conciencia colectiva sobre la gravitación que tiene el tema, y el accionar político de apoyo de las fuerzas populares organizadas” afirma Fernández Novoa, en una charla organizada para la presentación del libro “Micrófonos para el Pueblo” afines del mes de Mayo.
Un fuerte pívot en esta intención es claramente la conciencia y participación social.
Hemos crecido democráticamente y estamos en tiempo de demostrarlo, para ello necesitamos un servicio de información federalista con una nueva línea de códigos que respete las realidades de todos con una alta participación y comprometida por parte de las comunidades que hasta el momento están siendo excluidas, comunidades como Carcarañá y tantas otras que necesitan hacerse escuchar y que con esta ley sería las principales beneficiadas.
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